Las Facturas Electrónicas tienen nuevos requisitos, por lo que es indispensable realizar las adecuaciones necesarias para cumplir a tiempo con las disposiciones fiscales. Invita a tus Clientes a realizar el cambio, ya que toma tiempo y puede ahorrar carga de trabajo.
Como sabemos, en México es obligatorio, desde hace años, emitir Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI) por los actos o actividades que realicen los contribuyentes, así como por los ingresos que reciban y retenciones de contribuciones que efectúen. Esto ha recobrado importancia ya que es un esquema que va perfeccionándose recurrentemente a través de las distintas actualizaciones que hace la autoridad fiscal, para un mejor control y fiscalización de las operaciones que los contribuyentes realizan en su día a día; permitiendo a los contribuyentes una optimización y automatización en sus procesos administrativos y contables.
De esta forma la Facturación Electrónica se ha vuelto un tema muy importante no sólo a nivel local. Nuestro país es una de las naciones latinoamericanas que encabeza la lista de los países con mayor volumen de CFDI emitidos, como lo señala el “Estudio comparativo de Factura Electrónica en Latinoamérica” de la Asociación Mexicana de Proveedores Autorizados de Certificación (Amexipac) de octubre 2016, donde se observa que México ha alcanzado un volumen acumulado a 2015 de 20,582 millones de Facturas Electrónicas emitidas.
Recordemos que el CFDI debe cumplir con distintos requisitos técnicos y administrativos regulados por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) a través de la Resolución Miscelánea Fiscal y de su Anexo 20, lo que ha originado que los contribuyentes implementen adecuaciones tendientes a una automatización de sus procesos desde la facturación, control de inventarios, tesorería hasta su registro contable.
Antes de la Factura Electrónica, los contribuyentes tenían grandes volúmenes de facturas físicas en papel, lo que originaba altos costos de almacenaje y un retraso en el proceso de control y gestión de pago de las mismas, así como de un efectivo registro contable.
Algunos beneficios de la Facturación Electrónica son:
- Reducción de gastos administrativos y de operación
- Disminución al mínimo en inconsistencias en la información que se incluye en las Facturas que se emiten
- Mejor manejo, gestión y seguridad de la información
- Las Facturas pueden resguardarse digitalmente, haciendo más ágil su envío y recepción
Cabe destacar que lo anterior se asegura cuando los contribuyentes cuentan con un Sistema de Facturación y Contabilidad adecuado y confiable.
Fuente:SoyConta
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